La presunción de que los humanos seríamos los únicos en tener la capacidad de comunicarnos a través de un lenguaje verbal puede estar cerca de ser descartada en el mundo de la ciencia. Koko, una gorila de 44 años conocida por su gran habilidad de entender y comunicarse a través de un elaborado lenguaje de signos, ha mostrado señales de encontrarse en las primera etapas del aprendizaje del habla.
Hasta ahora se pensaba que ningún animal tenía la capacidad para hacerlo, sin embargo Koko ha desarrollado capacidades vocales y respiratorias asociadas a la habilidad de hablar característica de los humanos.
Analizando el comportamiento de la gorila, el investigador de la Universidad de Wisconsisn Marcus Perlman, descubrió que sus sonidos no eran los típicos del repertorio de esta especie, sino que eran comportamientos aprendidos sobre el control vocal fruto de su interacción diaria con humanos. Tras este descubrimiento, Marcus no cree que esto se deba a una habilidad especial de este primate en concreto, sino que esto estaría presente en el resto de sus congéneres de forma latente, ya que en la naturaleza los primates no se exponen a los mismos estímulos que Koko.
Un ejemplo de estas habilidades es que la gorila es capaz de toser cuando se lo piden y aunque pueda parecer irrelevante, para toser es necesario ejercer un control voluntario sobre la laringe, algo que no se conocía en los primates.
Esta no es la única sorpresa que nos ha dado Koko en los últimos meses. El actor Robin Williams, fallecido hace poco más de un año, conoció a la gorila en el 2001 con la que creó lazos de conexión muy fuertes. Koko, que llevaba meses deprimida tras la muerte de otro de los gorilas del centro en el que vive, rió por primera vez en 6 meses con el actor.
Cuando los investigadores del centro trasladaron a Koko, que controla con fluidez el Lenguaje de Signos Americano, la noticia de la muerte de Williams, esta se entristeció e incluso utilizó el signo utilizado para “llorar”.
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